28 febrero 2005

La realidad de su inexistencia.

Hablando con una amiga hace un rato, tocamos el tema de las mujeres, ella me me confeso lo siguiente, lo cual explica todos los problemas que he tenido con mujeres en mi vida.

Ella me dijo lo siguiente: Las mujeres no existen.

Aqui les pongo lo que me dijo textualmente.

"Women don't really exist. We're all just robots designed to toy with men's minds and make them miserable."

"
Las mujeres realmente no existimos. Todas somos robots diseñadas para jugar con las mentes de los hombres y hacerlos miserables."

Lo sabia... sabia que un ser humano no podria tratar a otro como ellas lo hacen con nosotros.

Flacoman

El dia que me quieras

El día que me quieras tendrá más luz que junio,
la noche que me quieras será de plenilunio
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.

Las fuentes cristalinas
irán por las laderas
saltando cantarinas,
el día que me quieras.

El día que me quieras los setos escondidos
resonarán arpegios jamás oídos.
Extasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras.

Cogidas de la mano, cual rubias hermanitas
luciendo golas cándidas, irán las margaritas
por montes y praderas
delante de tus pasos, el día que me quieras...
Y si deshojas una, te dirá su inocente
postrer pétalo blanco: ``¡Apasionadamente!´´

Al reventar el alba del día que me quieras
tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras,
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos,
florecerán las míticas corolas de los lotos.

El día que me quieras será cada celaje
ala maravillosa; cada arrebol, miraje
de las Mil y una noches; cada brisa un cantar,
cada árbol una lira; cada monte un altar.

El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.

Amado Nervo

Por que estas Silenciosa?

¿Por qué estás silenciosa? ¿Es una planta
tu amor, tan deleznable y pequeñita,
que el aire de la ausencia lo marchita?
Oye gemir la voz en mi garganta:

Yo te he servido como a regia Infanta.
Mendigo soy que amores solicita...
¡Oh limosna de amor! Piensa y medita
que sin tu amor mi vida se quebranta.

¡Háblame! no hay tormento cual la duda:
Si mi amoroso pecho te ha perdido
¿su desolada imagen no te mueve?

¡No permanezcas a mis ruegos muda!
que estoy más desolado que, en su nido,
el ave a la que cubre blanca nieve.

William Wordsworth
(Enviado por Victoria Moon)

25 febrero 2005

Celos

Ya solo eres aquella
que tiene la costumbre de ser bella.
Ya pasó la embriaguez.
Pero no olvido aquel deslumbramiento,
aquella gloria del primer momento,
al ver tus ojos por primera vez.

Y se que, aunque quisiera,
no he de volverte a ver de esa manera.
Como aquel instante de embriaguez;
y siento celos al pensar que un día,
alguien, que no te ha visto todavía,
verá tus ojos por primera vez.

José Angel Buesa

24 febrero 2005

Shhh

Shhh
Pasa, te estaba esperando.
Calla,
Guarda silencio.
Déjame verte, déjame besarte.
Déjame olerte y recordarte.
¿Así eras antes de irte?
Silencio,
No hables.
Aún no termino de besarte.
¿Ves mis ojos cerrados?
Estoy reconociéndote.
Conociéndote,
Volviéndolo a hacer.
Mudo,
Sígueme por el pasillo.
Toma mi mano, no la sueltes
Te guío.
Escúchame.
Ya habrá tiempo para hablar después.

Chi’ibal uj (Eclipse de luna)

Aqui les dejo un poema escrito en maya y su traduccion al español, espero que les guste.

Jop u kikiláankil yuum ka’an
lek u chéechil joolnaj
lek u yok’ol juub
lek u póch’il peek’
lek u xóob ch’íich’
peknaj xan u ch’íbalil wíiniko’ob tuláakal yóok’ol kaab
dzo’ok u chúukul ki’ichpan x-ma uj
táan u lúk’ul u yich
táan u muk’ yaj
táan u tokikuba ichil chéechil
ichil ok’ol
ichil xóob
sublakchaj x-nuuk ma kaabe’
ka tu jalk’ataj x-ma uj
ka week tun óolal ichil tu laklo’on.

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Se incendió la temblorina del señor del cielo
empezaron las puertas a discutir
los caracoles a llorar
los perros a insultar
los pájaros a silbar
también se inmovilizó la especie humana del mundo
atraparon ya a la hermosa madre luna
han comenzado a engullir su rostro
sufre
intenta liberarse entre tanto barullo
entre el llanto
entre insultos
entre los silbidos
se avergonzó la gran madre tierra
y soltó a la madre luna
entonces se derramó la alegría entre todos nosotros.

Alfredo Cuevas Cob

Hagamos un trato

Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo

(de una canción de CARLOS PUEBLA)


Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Mario Benedetti

23 febrero 2005

Te acordaras un dia

Te acordaras un día de aquel amante extraño
que te besó en la frente para no hacerte daño.
Aquel que iba en la sombra con la mano vacía
porque te quiso tanto... que no te lo decía.

Aquel amante loco... que era como un amigo,
y que se fue con otra... para soñar contigo.

Te acordarás un día de aquel extraño amante.
Profesor de horas lentas con alma de estudiante.
Aquel hombre lejano... que volvió del olvido
solo para quererte... como a nadie ha querido.

Aquel que fue ceniza de todas las hogueras
y te cubrió de rosas sin que tu lo supieras.

Te acordarás un día del hombre indiferente
que en las tardes de lluvia te besaba en la frente.
Viajero silencioso de las noches de estío
que miraba tus ojos, como quien mira un río.

Te acordaras un día de aquel hombre lejano
del que más te ha querido... porque te quiso en vano.

Quizás así de pronto... te acordarás un día
de aquel hombre que a veces callaba y sonreía.
Tu rosal preferido se secara en el huerto
como para decirte que aquel hombre se ha muerto.

Y el andará en la sombra con su sonrisa triste.
Y únicamente entonces sabrás que lo quisiste.

José Angel Buesa

Te recuerdo como eras

Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

Pablo Neruda

Nocturno a Rosario

Cuando uno sabe la historia de Manuel Acuña, le encuentra mayor sentido a esta gran obra. Acuña se suicido a los 24 años al no poder estar junto al amor de su vida, una mujer casada llamada Rosario de la Peña.


NOCTURNO A ROSARIO

I

¡Pues bien! yo necesito
decirte que te adoro
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto
al grito que te imploro,
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.

II

Yo quiero que tu sepas
que ya hace muchos días
estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mías,
que están mis noches negras,
tan negras y sombrías,
que ya no se ni dónde
se alzaba el porvenir.

III

De noche, cuando pongo
mis sienes en la almohada
y hacia otro mundo quiero
mi espíritu volver,
camino mucho, mucho,
y al fin de la jornada
las formas de mi madre
se pierden en la nada
y tú de nuevo vuelves
en mi alma a aparecer.

IV

Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos,
comprendo que en tus ojos
no me he de ver jamás,
y te amo y en mis locos
y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos
te quiero mucho más.

V

A veces pienso en darte
mi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdos
y hundirte en mi pasión
mas si es en vano todo
y el alma no te olvida,
¿Que quieres tu que yo haga,
pedazo de mi vida?
¿Que quieres tu que yo haga
con este corazón?

VI

Y luego que ya estaba
concluído tu santuario,
tu lámpara encendida,
tu velo en el altar;
el sol de la mañana
detrás del campanario,
chispeando las antorchas,
humeando el incensario,
y abierta alla a lo lejos
la puerta del hogar...

VII

¡Que hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo,
los dos unidos siempre
y amandonos los dos;
tú siempre enamorada,
yo siempre satisfecho,
los dos una sola alma,
los dos un solo pecho,
y en medio de nosotros
mi madre como un Dios!

VIII

¡Figúrate que hermosas
las horas de esa vida!
Que dulce y bello el viaje
por una tierra asi!
Y yo soñaba en eso,
mi santa prometida;
y al delirar en ello
con alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno
por tí, no mas por ti.

IX

!Bien sabe Dios que ese era
mi mas hermoso sueño,
mi afán y mi esperanza,
mi dicha y mi placer;
bien sabe Dios que en nada
cifraba yo mi empeño,
sino en amarte mucho
bajo el hogar risueño
que me envolvió en sus besos
cuando me vió nacer!

X

Esa era mi esperanza...
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡Adios por la vez última,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores;
mi lira de poeta,
mi juventud, adiós!

Manuel Acuña

22 febrero 2005

La caricia perdida.

Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos ... En el viento, al rodar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida, ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va,
si no ves esa mano ni la boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de llamar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida ¿me reconocerás?

Alfonsina Storni

21 febrero 2005

Podria

Podría decirle que la adoro, que ella es la razón de todos mis sueños y todas mis pesadillas, de mi insomnio, podría decirle que los minutos que hablo con ella cada día son los que hacen que la vida tenga sentido, aunque este a kilómetros de distancia; podría decirle lo que se siente cuando dice adiós, cuando se despide con un "cuídate, bye" pero no lo hago.

Por que no lo hago? yo que chingados se, como saberlo? entre pensar en el trabajo, la escuela, y fantasear con ella no me queda tiempo para filosofar como lo hacia antes, a lo mejor por dentro prefiero que me trate como lo hace, a que no me trate; prefiero que sepa que existo, aunque sea solo como uno mas de sus amigos.

Y al final del día todo comienza otra ves, otra noche de insomnio por estar pensando en ella, insomnio que se acaba cuando empieza el sueño de felicidad a su lado, el que acaba con la pesadilla de ser abandonado una ves mas.

No habrá una cura para esta madre?.

Flacoman

Historia de hoy

Sin gran habilidad sin pensarlo pusimos el mantel en la arena
Accidental yo exclamé de triunfo y tu punta me iluminó por dentro
Como toda muñeca de porcelana puedo rajarme mañana
terminárseme la cuerda y conectar la soga de la ahorcada
No todo fue de pronto al rato yo tenía ganas de cantar
Me asustó la caricia esperaba un latigazo

Tú nunca dejarás de criticar mis disparates cultos
Estoy convencida de que los amores del uno para el otro
son sólo orgasmos de celuloide
y no soy de las que colocan la vida encima de la coqueta
yo prefiero soplar sobre tu pene un pétalo de rosa
mientras tú conduces el auto hacia lo efímero

Es raro hasta ayer yo me creía extraordinaria
y hoy supe que soy gravemente bella
Ya sé no lo prepitas tu concepto de hermosura es otro
es la base conceptual de nuestro extinguidor de sueños
¿Qué podrá ocurrir si en pleno esplendor nos separamos?

Ya vuelvo con las maniáticas consideraciones femeninas
de provocar la caída en lo más alto del vuelo
No quiero prometer que te besaré el pecho a la mitad del camino
porque los tiros al blanco estrujan toda infinitud
La pedrada no puede ser ni antes ni tardía
Y que no haya descalabros en tus misteriosos excesos masculinos

Es sólo el día de hoy
¡Y tantos argumentos en favor de nuestro fuego!
Es el tesoro de sonreírnos juntos
Enamorarse y lamentarlo es un lujo del futuro
un mínimo arte de salón

Despidámonos exclusivamente para el regreso
Ves no me acumulo ni me dosifico
por primera vez aspiro a ser linda y exacta
no digamos ya irresistible
pero sólo por hoy no te apresures.

Zoé Valdés

A una desconocida.

No te conozco...
Pero cuando pasas, trato de acercarme
No te siento...
Pero tus pisadas me hablan de huellas desconocidas

Si sigo tu huellas
Me pierdo en un mar de gente
Contra cuya corriente
No puedo nadar

Si tu mirada se encuentra con la mía
Trato de adivinar tu nombre
Más si mi mano roza la tuya
Mis ojos se pierden en la lejanía

Tal vez algún día
Cuando muera el sol
Y la oscuridad reine en nuestros corazones
Aproveche la oscuridad para decirte tantas cosas
Que jamás se harán realidad

Tal vez camine muy lento
Para tu rápido andar
Tal vez sólo el viento, pueda rozar tus mejillas
Y acariciar tu pelo

Pero que tus labios no los roce el viento...
Antes de que mis labios los hayan rozado
Que no se pierda en el desierto tu sonrisa
Sin que algún par de ojos no la vigilen

¿Cómo es que aún sin conocerte te recuerde?
¿Habrá Dios creado el amor
Para hacerlo sufrir a uno
Al borde de la muerte?

Trataré algún día de observarte
De grabar en mi mente cada uno de tus detalles
Los guardaré como recuerdos...
Tal vez, algún día, los necesite...

Francisco Jiménez

19 febrero 2005

Antón y el eco (El borracho y el eco)

En Noche Oscura y brumosa
tan atontado iba Antón,
que cayó de un tropezón
en la acera resbalosa.

Soltó un feo juramento
diciendo: ¿quién se cayó?
Y en la pared del convento
repercutió el eco: "yo".

- Mientes! Fuí yo quien caí;
y si el casco me rompí
tendré que gastar pelucas...
- Lucas!

- No soy Lucas, voto a Dios!
Vamos a vernos los dos
ahora mismo farfantón.
- Antón!

- Me conoces, eh! tunante?
Pues aguárdate un instante,
conocerás mi navaja...
- Baja!

- Bajaré con mucho gusto
¿Te figuras que me asusto?
Al contrario, más exalto...
- Alto!

- ¿Alto yo? ¿Piensa el osado
que en este pecho esforzado
el valor ya está marchito?
- Chito!

- ¿ Y pretende el insolente
mandar callar a un valiente?
¿Que calle yo? Miserable!
- Hable!

- Hablaré, por vida mía,
hasta que tu lengua impía
con este acero taladre...
- Ladre!

- ¿Ladrar? ¿Soy perro quizás?
¿Dónde, villano do estás
que de esperarte me aburro?
- Burro!

- ¿Burro yo? Insulto extraño
que vengaré a mi amaño.
El momento es oportuno...
- Tuno!

- ¿Dónde está el majadero
que me toma por carnero?
Responde. ¿Dónde se encuentra?
- Entra!

- Sal tu, si no eres cobarde;
y apresúrate que es tarde.
A pie firme aquí te espero.
- Pero!

- No hay pero que valga, flojo!
Sal que ya estoy viendo rojo
y ansío tenerte en frente...
- Ente!

- ¿Pero dónde estás? Repito
que estoy oyendo tu grito
y tu ausencia ya me admira.
- Mira!

- Si, miro; pero qué diablo!
No puedo ver con quien hablo,
pues no aparece ninguno.
- Uno!

- Uno o cien, lo mismo da;
que salga, que salga ya.
Lo aguardo. Aquí me coloco!
- Loco.

- ¿Así te burlas de mi?
¿Quién eres, quién eres, dí?
No me hagas perder la calma.
- Alma!

- Mas si eres un alma en pena,
¿cómo no oigo tu cadena?
Basta de bromas; concluye.
- Huye!

- No tal; no me iré de aquí
sin saber quien me habla así.
Dime siquiera tu nombre.
- Hombre!

- ¿Pero estás vivo o difunto?
Aclara bien este punto,
que a mi ya nada me asombra.
- Sombra!

- Una sombra y la insulté!
Perdóname que tomé
cuatro copas con bizcocho.
- Ocho!

Marchóse Antón al momento
y en casa contó a su esposa
que una sombra pavorosa,
en la acera del convento
le había hablado. Y no era cuento!

Francisco de Añón

Dos Cuerpos

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Octavio Paz

Ausencia

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.

Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?

Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.

Jorge Luis Borges

18 febrero 2005

Te desnudas igual...

Te desnudas igual que si estuvieras sola
y de pronto descubres que estás conmigo.
¡Como te quiero entonces
entre las sábanas y el frío!

Te pones a flitrearme como a un desconocido
y yo te hago la corte ceremonioso y tibio.
Pienso que soy tu esposo
y que me engañas conmigo.

¡Y como nos queremos entonces en la risa
de hallarnos solos en el amor prohibido!

(Después, cuando pasó, te tengo miedo
y siento un escalofrío.)

Jaime Sabines

La Mujer Esencial

Porque eres mucho más que la belleza
y mucho más que un cuerpo
con una llamarda de gozo entre los flancos.
Porque eres más que un vientre para el hijo
y mucho más que la ilusión de un hombre
que preñe tus silencios
y marque con su aliento tu camino.

Porque eres la mujer, el equilibrio,
la sensatez, la calma, la cordura.
Porque en tus manos guardas bendiciones,
ay paz en tus palabras
y estás hecha de aromas y ternura,

rompe ya tus espejos, renuncia a ser fetiche
y al metro con que miden tu figura
y amamanta la historia con tus pechos de harina
recobrando tu luz y tu estatura.

¡ Vuelve a ser la mujer!
Vuelve a ser ese fuego
donde arden el amor y la decencia,
vuelve a ser tierra firme
generosa y fecunda,

vuelve a ser aire puro
que agite alas y brazos,
vuelve a ser agua limpia
sin marcas ni amargura.

¡Vuleve a ser la mujer!
Ya no escuches más cantos de sirenas,
recupera tu esencia, tu destino,
te lo supilica un mundo que agoniza,
te lo reclama el hombre con su voz de martillo,
antes de que se muera la esperanza,
antes de que ya todo esté perdido.

Beatriz Rivera

17 febrero 2005

Espero curarme de ti

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame agua", "¿sabes manejar?", "se hizo de noche"... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.

Jaime Sabines

Desiderata

Anda plácidamente entre el ruido y la prisa
y recuerda que paz que puede haber en el silencio.

Vive en buenos términos con todas las personas
todo lo que puedas, sin rendirte.

Di tu verdad tranquila y claramente,
escucha a los demás, incluso al aburrido y al ignorante;
ellos también tienen su historia.

Evita a las personas ruidosas y agresivas,
sin vejaciones al espíritu.
Si te comparas con otros puedes volverte vanidoso y amargo;
porque siempre habrá personas más grandes, y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus logros así como de tus planes.

Mantén el interés en tu propia carrera, aunque sea humilde,
es una verdadera posesión en las cambiantes fortunas del tiempo.

Usa la precaución en tus negocios, porque el mundo está lleno de trampas.
Pero no por eso te niegues a la virtud que pueda existir.
Mucha gente lucha por altos ideales
y en todas partes la vida está llena de heroísmo.

¡Sé tú mismo!, especialmente no finjas afectos
tampoco seas cínico respecto del amor
porque frente a toda aridez y desencanto
el amor es perenne como la hierba.

Recoge mansamente el consejo de los años,
renunciando graciosamente a las cosas de juventud.

Nutre tu fuerza espiritual para que te protega en la desgracia repentina
pero no te angusties con fantasías.
Muchos temores, nacen de la fatiga y la soledad;
junto con una sana disciplina, sé amable contigo mismo.

Tú eres una criatura del Universo,
no menos que los árboles y las estrellas;
tú tienes derecho a estar aquí
y te resulte evidente o no
sin duda el universo se desenvuelve como debe.

Por lo tanto, manténte en paz con Dios
de cualquier modo que lo concibas
y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,
mantén en la ruidosa confusión, paz con tu alma
con todas sus farsas y sueños rotos
éste sigue siendo un mundo hermoso.
Ten cuidado...

Esfuérzate en ser feliz.

16 febrero 2005

Me Dueles

Me dueles.
Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza, córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.

Entre los escombros de mi alma búscame,
escúchame.
En algún sitio mi voz, sobrevive, llama,
pide tu asombro,
tu iluminado silencio.

Atravesando muros, atmósferas, edades,
tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
viene desde la muerte, desde antes
del primer día que despertara al mundo.

¡Qué claridad tu rostro, qué ternura
de luz ensimismada,
qué dibujos de miel sobre hojas de agua!

Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos,
como una gota de tus ojos soy.

Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas,
del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.

Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir.

Jaime Sabines

En paz

Artifex vitae, artifex sui

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

Amado Nervo

15 febrero 2005

A mi vampira

He conocido a un ser extraordinario,
de cabello largo como el invierno
y oscuro como la noche sin luna y estrellas.

La voz suave y seductora,
la piel clara como el amanecer
y la mirada profunda como el mar.

Ojos bellos, manos delicadas,
simplemente no como cualquiera.

Espero verla de nuevo
ansio el momento, añoro el deseo
de esa vida eterna,
de esa infinidad que solo ella me puede dar.

Eres una vampira, no algo normal
no reflejas y puedes volar,
te pido no bebas la sangre de cualquier mortal,
que tomes mi cuerpo y me permitas
acompañarte en la eternidad

Te ofresco mi cuello para saciar tu sed,
humedecer tus labios
satisfacer el ansia.

Profundisa la mirada,
concedeme estar contigo y con tu alma.
Date cuenta que soy sincero entrando en mi mente
pues deseo estar contigo siempre.

Armando Corona

Poema de la despedida

Te digo adiós si acaso te quiero todavía
quizas no he de olvidarte... Pero te digo adiós
no se si me quisiste... No se si te quería
o tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste y apasionado y loco
me lo sembré en el alma para quererte a tí.
No se si te amé mucho... No se si te amé poco,
pero si sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo
y el corazón me dice que no te olvidaré.
Pero al quedarme solo... Sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós y acaso con esta despedida
mi más hermoso sueño muere dentro de mí.
Pero te digo adiós para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en tí.

José Angel Buesa

Anoche Mientras dormía

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.

Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
de donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;

y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas
blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.

Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.

Antonio Machado

14 febrero 2005

San Valentin

Hoy es el día del amor
Por eso reguemos flores
Pétalos multicolores
Cargados de suave olor
Que el alma sienta el sabor
Que genera un beso ardiente.
Besa una madre una frente
Besa un amante en la boca
Y a cada corazón toca
Como al alba un sol ardiente.

De las rosas el color
Rojo que ilumina el día
Cupido con alegría
Tejiendo versos de amor
trae en su flecha una flor
y una hermosa ronda empieza
con una sutil belleza
que solo logran los sabios
y deposita en los labios
Besos que matan tristezas.

En un cometa de estrellas
Viene volando mi canto
trayendo del amor tanto
sentir y luces tan bellas
melodías cual doncellas
listas para compartir
del corazón su latir
en versos llenos de flores
formando un nido de amores
para a un mundo repartir.

Y si hoy es un día en que llueve
Nacerán nuevos botones
Se abrirán los corazones
para que al dolor se lleve.
Y si temes que sea nieve
saldrá un sol desde la altura
dando brillo a la hermosura
de los campos del amor:
¡San Valentín da color
a la noche más oscura!

Nency

12 febrero 2005

Por que me quité del vicio

No es por hacerles desaigre...
Es que ya no soy del vicio...
Astedes mi lo perdonen,
pero es qui hace más de cinco
años que no tomo copas,
onqui ande con los amigos...
¿Qué si no me cuadra?...¡Harto!
Pa que he di hacerme el santito:
he sido reteborracho;
¡como pocos lo haigan sido!
¡Perora si ya no tomo,
manque me lleven los pingos!
Dendi antes que me casara
encomencé con el vicio;
y, aluego, ya de casado
también le tupí macizo...
¡Probecita de mi vieja!
¡Tan güena siempre conmigo...!
¡Por más que l´hice sufrir
nunca me perdió el cariño!

Era una santa la probe,
y yo con ella un endino;
nomás porque no sufriera
llegué a quitarme del vicio,
pero, poco duró el gusto,
la de malas se nos vino
y una nochi redepente,
quedó com´un pajarito.
Dicen que juel corazón...
Yo no sé lo que haiga sido;
pero sento en la concencia
que jue mi vicio cochino
el quizo que nos dejara
solitos a mí y a m´hijo,
¡un chilpayate di ocho años
que quedaba güerfanito
a ledá en qui hace más falta
la madre con su cariño!

Me sentí disesperado
de verme solo con mhijo...
¡Probecita criaturita!
Mal cuidado...mal vestido
sempre solo...¡Ricordando
al ángel que´bia perdido!
Entonces pa´no pensar
golvi a darle recio al vicio,
porque poniéndome chuco,
me jallaba más tranquilo,
y cuando yastaba briago
y casi jueras de juicio,
parece que mi dijunta
taba allí, ¡junto conmigo!

Al salir de mi trabajo
m´iba yo con los amigos,
y, aluego, ya a medios chiles,
mercaba yo harto refino
y regresaba a mi casa
onde mi aguardaba m´hijo;
y allí, ¡duro!, trago y trago,
hasta ponerme bien pítimo...

¡Y aistaba la tarugada!
Ya endinantes les he dicho
lueguito vía a mi vieja
que llegaba a hablar conmigo
y encomenzaba a decirme
cosas de mucho cariño,
y yo, a contestar con ella,
como si fuera dialtiro
cierto lo questaba viendo,
en tan mientras que mhijo
si abrazaba a mi asustado
diciéndome el probe niño:
«¿Onde está mi mamacita?
Dime on tá, papacito...
¿Es verdad que testá hablando?
¿Cómo yo no la deviso...?»
«Pos qué no la ve, tarugo,
¡vaye que li haga cariños!»

¡Y el probecito lloraba
y pelaba sus ojitos
buscando ritiasustado
a aquella a quen tanto quiso...!

Una noche, al regresar
destarle dando al oficio,
llego y, al abrir la puerta,
¡ay Jesús, lo que deviso!

Hecho bola sobre el suelo,
taba tirado mi niño,
risa y risa comun loco,
y pegando chicos gritos...

«¿Qué te pasa?...¿Qué sucede...?
¿Ti has güelo loco dialtiro...?»
Pero intonces, en la mesa,
videl frasco del refino,
que yo bia dejado lleno,
enteramente vacío.

Luego luego me di cuenta
y me puse retemuino:
«¿Qui has hecho, escuincle malvado»
¡Ya bebites el refino...!
«¡Paqui aprendas a ser güeno,
voy a romperte l´hocico...!»

Y luego con harto susto
que l´hizo golver al juicio,
y con una voz di angustia
que no he di olvidar, me dijo:

«¡No me pegues...no me pegues...!
No soy malo, papacito.
¡Jue pa ver a mi mamita
como cuando habla contigo!
¡Jue pa quella me besara
y mhiciera hartos cariños!»

Dendentonces ya no tomo
onqui ande con los amigos...
No es por hacerles desaigre,
pero ya no soy del vicio...

Y cuando quiero rajarme
porque siento el gusanito,
de tomarme alguna copa,
nomás mi acuerdo de mhijo
y entonces si ya no tomo
¡manque me lleven los pingos...!

Carlos Rivas Larrauri

Táctica y estrategia

Mi táctica es mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es hablarte

y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé como, ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.

Mi táctica es ser franca
y saber que sos franco
y que no nos vendamos simulacros
para que entre los dos no hayan telón
ni abismos.

Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple,
mi estrategia es;
que un día cualquiera
ni sé cómo, ni sé
con que pretexto por fin me necesites.

Mario Benedetti

11 febrero 2005

El Brindis del bohemio

En torno de una mesa de cantina
una noche de invierno,
regocijadamente departían
seis alegres bohemios.

Los ecos de sus risas escapaban
y de aquel barrio quieto,
iban a interrumpir el imponente
y profundo silencio.

El humo de olorosos cigarrillos
en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando, al revolverse en nada,
la vida de los sueños.

Pero en todos los labios había risas,
inspiración en todos los cerebros,
y, repartidas en la mesa, copas
pletóricas de ron, whisky o ajenjo.

Era curioso ver aquel conjunto,
aquel grupo bohemio,
del que brotaba la palabra chusca,
la que vierte veneno,
lo mismo que, melosa y delicada,
la música de un verso.

A cada nueva libación, las penas
hallabánse más lejos
del grupo, y nueva inspiración llegaba
a todos los cerebros,
con el idilio roto que venía
en alas del recuerdo.

Olvidaba decir que aquella noche,
aquel grupo bohemio,
celebraba entre risas, libaciones,
chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras
dejo en todos los pechos,
y la llegada, consecuencia lógica,
del feliz año nuevo...

una voz varonil dijo de pronto:
-Las doce, compañeros.
Digamos el requiescat por el año
que ha pasado a formar entre los muertos.
¿Brindemos por el año que comienza!
porque nos traiga ensueños;
porque no sea su equipaje
un cúmulo de amargos desconsuelos...

-Brindo, dijo otra voz, por la esperanza
que a la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino,
por la esperanza, nuestra dulce amiga,
que las penas mitiga
y convierte en vergel nuestro camino.

Brindo porque ya hubiese a mi existencia
puesto fin con violencia
esgrimiendo en mi frente mi venganza;
si en mi cielo de tul limpio y divino
no alumbrara mi sino
una pálida estrella: mi esperanza.

-¡Bravo! Dijeron todos, inspirado
esta noche has estado
y hablaste bueno, breve y substancioso.
El turno es de Raúl; alce su copa y brinde por: Europa,
ya que su extranjerismo es delicioso...

-Bebo y brindo, clamó el interpelado;
brindo por mi pasado,
que fue de luz, de amor y de alegría,
en donde hubo mujeres seductoras
y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía.

Brindo por el ayer que en la amargura
que hoy cubre de amargura
mi corazón, esparce sus consuelos
trayendo hasta mi mente las dulzuras
de goces, de ternuras,
de dichas, de deliquios, de desvelos.

-Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente
brote un torrente
de inspiración divina y seductora,
porque vibre en las cuerdas de mi lira
el verso que suspira,
que sonríe, que canta y que enamora.

Brindo porque mis versos cual saetas
lleguen hasta las grietas,
formadas de metal y de granito,
del corazón de la mujer ingrata
que a desdenes me mata...
¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!

Porque a su corazón llegue mi canto,
porque enjuguen mi llanto
sus manos que me causan embelesos;
porque con creces mi pasión me pague...
¡vamos! porque me embriague
con el divino néctar de sus besos.

Siguió la tempestad de frases vanas,
de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo,
y en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente,
y libaciones, y reír, y todo.

Se brindo por la Patria, por las flores,
por los castos amores
que hacen un valladar de una ventana,
y por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llenan de rosas
y hacen de la mujer la cortesana.

Solo faltaba un brindis, el de Arturo.
El del bohemio puro de noble corazón y gran cabeza;
aquel que sin ambages declaraba
que solo ambicionaba
robarle inspiración a la tristeza.

Por todos estrechado, alzó la copa
frente a la alegre tropa
desbordante de risa y de contento;
los inundo con la luz de una mirada,
sacudió su melena alborotada
y dijo así, con inspirado acento:

-Brindo por la mujer, mas no por esa
en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer... ¡desventurados!;
no por esa que os brinda sus hechizos
cuando besáis sus rizos
artificiosamente perfumados.

Yo no brindo por ella, compañeros
siento por esta vez, no complaceros.
Brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindo sus embelesos
y me envolvió en sus besos:
por la mujer que me arrullo en la cuna.

Por la mujer que me enseño de niño
lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero;
por la mujer que me arrullo en sus brazos
y que me dio en pedazos,
uno por uno, el corazón entero.

¡Por mi madre! bohemios, por la anciana
que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado,
porque sueña tal vez que mi destino
me señala el camino
por el que volveré pronto a su lado.

Por la anciana adorada y bendecida,
por la que con su sangre me dio vida,
y ternura y cariño;
por la que fue la luz del alma mía,
y lloro de alegría,
sintiendo mi cabeza en su corpiño.

Por esa brindo yo, dejad que llore,
y en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina;
dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente
que mi ausencia es un juego que calcina.

Por la anciana infeliz que sufre y llora
y que del cielo implora
que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mi Madre bohemios, que es dulzura
vestida en mi amargura
y en esta noche de mi vida, estrella...

El bohemio calló; ningún acento
profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,
y pareció que sobre aquel ambiente
flotaba inmensamente
un poema de amor y de amargura.

Guillermo Aguirre y Fierro

Estoy Triste

Estoy triste, me aflijo,
Yo, el señor Nezahualcóyotl.
Con flores y con cantos
Recuerdas a los príncipes,
A los que se fueron,
A Tezozomoctzin, a Quaquauhtzin.

En verdad viven,
Allá en donde de algún modo se existe.
¡Ojalá pudiera yo seguir a los príncipes,
llevarles nuestras flores!
¡Si pudiera yo hacer míos
los hermosos cantes de Tezozomoctzin!

Jamás perecerá tu nombre,
¡oh mi señor, tú, Tezozomoctzin!
Así, echando de menos tus cantos,
Me he venido a afligir,
Sólo he venido a quedar triste,
Yo a mí mismo me desgarro.

He venido a estar triste, me aflijo.
Ya no estás aquí, ya no,
En la región donde de algún modo se existe,
Nos dejaste sin provisión en la tierra,
Por esto, a mí mismo me desgarro.

Nezahualcóyotl

10 febrero 2005

La Profecia

Y me bendijo a mi mare;
y me bendijo a mi mare.
Diez séntimos le di a un pobre
y me bendijo a mi mare.

¡Ay! qué limosna tan chiquita,
qué recompensa tan grande.
¡Qué limosna tan chiquita,
qué recompensa tan grande!"

¿A dónde vas tan deprisa
sin desirme ni ¡con Dió!?
Me puedes mirá de frente,
que estoy enterao de tó.

Me lo contaron ayer
las lenguas de doble filo,
que te casaste hase un mé
y me quedé tan tranquilo.

Otro cualquiera en mi caso,
se hubiera echao a llorá,
yo, crusándome de brasos
dije que me daba iguá.

Y ná de pegarme un tiro
ni liarme a mardisiones
ni apedrear con suspiros
los vidrios de tus barcones.

¿Que t'has casao? ¡Buena suerte!
Vive sien años contenta
y a la hora de la muerte,
Dios no te lo tenga en cuenta.

Que si al pie de los artares
mi nombre se te borró,
por la gloria de mi mare
que no te guardo rencor.

Porque sin sé tu marío,
ni tu novio, ni tu amante,
yo fui quien más t'ha querío,
con eso tengo bastante.

****************************

-¿Qué tiene er niño, Malena?
Anda como trastornao,
tié la carilla de pena
y el colorsillo quebrao.

Y ya no juega a la tropa,
ni tira piedras al río,
ni se destrosa la ropa
subiéndose a coger níos.

¿No te parese a ti extraño,
no ves una cosa rara
que un chaval de dose años
lleve tan triste la cara?

Mira que soy perro viejo
y estás demasiao tranquila.
¿Quieres que te dé un consejo?
Vigilia, mujé, ¡vigila!

Y fueron dos sentinela
los ojitos de mi mare.
-Cuando sale de la escuela
se va pa los olivare.

-Y ¿qué busca allí? -Una niña,
tendrá el mismo tiempo que él.
José Migué, no le riñas,
que está empesando a queré.

Mi pare ensendió un pitillo,
se enteró bien de tu nombre,
te regaló unos sarsillos
y a mí un pantalón de hombre.

Yo no te dije "te adoro"
pero amarré en tu barcón
mi laso de seda y oro
de primera comunión.

Y tú, fina y orgullosa,
me ofresiste en recompensa
dos sintas color de rosa
que engalanaban tus trensas.

-Voy a misa con mis primos.
-Bueno, te veré en la hermita.
Y qué serios nos pusimos
al darte el agua bendita.

Mas luego en el campanario,
cuando rompimos a hablar:
-Dise mi tita Rosario
que la sigüeña es sagrá,

y el colorín, y la fuente,
y las flores, y el rosío,
y aquel torito valiente
que está bebiendo en el río;
y el bronse de esta campana,
y el romero de los montes,
y aquella línea lejana
que la llaman... ¡horisonte!

¡Todo es sagrao: tierra y sielo
porque así lo quiso Dió!
¿Qué te gusta más? -Tu pelo.
¡Qué bonito me salió!

-Pues, ¿y tu boca, y tus brasos,
y tus manos reonditas,
y tus pies fingiendo el paso
de las palomas suritas?

Con la puresa de un copo
de nieve te comparé;
te revestí de piropos
de la cabesa a los pié.

A la vuerta te hise un ramo
de pitiminí,presioso
y a luego nos retratamos
en las agüitas de un poso.

Y hablando de estas pamplinas
que inventan las criaturas,
llegamos hasta tu esquina
cogíos por la sintura.

Yo te pregunté: -¿En qué piensas?
Tú dijiste: -En darte un beso.
Y yo sentí una vergüensa
que me caló hasta los huesos.

De noche, muertos de luna,
nos vimos por la ventana.
-¡Chssss! Mi hermaniyo está en la cuna,
le estoy cantando la nana.

"Quítate de la esquina,
chiquillo loco,
que mi mare no quiere
ni yo tampoco."

Y mientras que tú cantabas
yo, inosente me pensé
que nos casaba la luna
como a marío y mujé.

¡Pamplinas! ¡Figurasiones
que se inventan los chavales!
Después la vida se impone:
tanto tienes, tanto vales;

por eso, yo al enterarme
que llevas un mes casá,
no dije que iba a matarme,
sino que me daba iguá.

Mas como es rico tu dueño,
te vendo esta profesía:
tú, por la noche, entre sueños
soñarás que me querías,

y recordarás la tarde
que mi boca te besó
y te llamarás "¡cobarde!"
como te lo llamo yo.

Y verás, sueña que sueña,
que me morí siendo chico
y se llevó la sigüeña
mi corasón en su pico.

Pensarás: "no es sierto ná,
yo sé que lo estoy soñando";
pero allá en la madrugá
te despertarás llorando,
por el que no es tu marío,
ni tu novio, ni tu amante,
sino el que más te ha querío.
Con eso tengo bastante.

Por lo demás, tó se orvía.
Verás cómo Dios te manda
un hijo como una estrella;
avísame de seguía,
me servirá de alegría
cantarle la nana aquella:

"Quítate de la esquina,
chiquillo loco,
que mi mare no quiere
ni yo tampoco."

Pensarás: "no es sierto ná,
yo sé que lo estoy soñando".
Pero allá en la madrugá
te despertarás llorando.

Porque sin sé tu marío,
ni tu novio, ni tu amante,
yo soy... quien más t'ha querío...
¡Con eso tengo bastante!

Rafael de León

Epigrama

Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido:
yo, porque tú eras lo que yo más amaba,
y tú, porque yo era el que te amaba más.

Pero de nosotros dos, tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti,
pero a ti no te amarán como te amaba yo.

Ernesto Cardenal

07 febrero 2005

A rosario (II)

Esta hoja arrebatada a una corona
que la fortuna colocó en mi frente
entre el aplauso fácil e indulgente
con que el primer ensayo se perdona.

Esta hoja de un laurel que aún me emociona
como en aquella noche, dulcemente,
por más que mi razón comprende y siente
que es un laurel que el mérito no abona.

Tú la viste nacer, y dulce y buena
te estremeciste como yo al encanto
que produjo al rodar sobre la escena;

Guárdala y de la ausencia en el quebranto,
que te recuerde de mis besos, llena,
al buen amigo que te quiere tanto.

Manuel Acuña

A rosario

Rosario.
Dedicado a rosario de la peña

En ti pensaba yo, y en tus cabellos
que el mundo de la sombra envidiaría,
y puse un punto de mi vida en ellos
y quise yo soñar que tú eras mía.

Ando yo por la tierra con los ojos
alzados - ¡oh, mi afán! - a tanta altura,
que en ira altiva o míseros sonrojos
encendiólos la humana criatura.

Vivir: - Saber morir; así me aqueja
este infausto buscar, este bien fiero,
y todo el Ser en mi alma se refleja,
y buscando sin fe, de fe me muero.

José Martí

04 febrero 2005

Dia de compras

Esto lo escribí el año pasado, pero me gusto mucho, asi que se los pongo, espero que les guste.


El día de mañana, voy a levantarme muy temprano para aprovechar mejor el día. Voy a desayunar muy bien para tener mucha energía y pienso asearme perfectamente para estar bien presentable, por si me topo contigo en la calle.

Saliendo, lo primero que voy a hacer, es ir a la tienda de la esquina a comprar dos kilos y medio de sonrisas, para regalárselas a todas las personas que se crucen en mi camino; dos kilos de afecto para dárselo a mi familia; y un kilo de amor de la mejor calidad para seguirlo guardando. Todavía no tengo a quien dárselo.

También voy a comprar un paquete grande de alegría; creo que me esta haciendo falta últimamente, ah! y unos cuantos chistes para contárselos a alguien que este triste, siempre me topo con gente triste, y nunca hago nada por ayudarles.

En donde vivo hay un árbol de manzanas, hace tiempo que no como de ellas, porque ya no quiero seguir recogiendo las que caen al suelo, siempre hacen que me enferme del estomago, y muchas veces también del corazón. La manzana más perfecta del árbol esta hasta arriba, en la meritita copa, he tratado de subirme a bajarla, pero siempre me caigo, la última vez la tuve en mis manos y por tratar de arrancarla resbalé, y por el golpe todavía tengo problemas cardiacos. Por eso voy a comprar en la ferretería una escalera muy alta, para poder alcanzarla, y unas tijeras muy filosas para cortarla sin lastimarla, a lo mejor hasta compro unos guantes para poder asirla sin temor a magullarla, para que se dé cuenta que sí merezco alimentarme de ella.

Finalmente, en la noche, cuando salga de la escuela, voy a comprar una bolsa de rezos, la mas grande que vendan, antes de dormir voy a aventarlos todos al cielo, lo mas alto que pueda, para que el viento los lleve a toda la gente pobre del mundo, porque casi siempre me olvido de ellos; a todos los niños y a los ancianos, unos por lo que les espera y los otros por lo que han hecho por mi, a los diferentes por ser mis iguales, a los desconocidos por ser mis amigos, y al Papa por que solamente ha hecho el bien toda su vida.

A mi familia les voy a comprar un poco de paz, que bien que les hace falta, también voy a comprarme cinco litros de serenidad para poder escuchar a todos, y doce onzas de inteligencia para poder darles mis puntos de vista sin dañar los suyos, a mis padres voy a comprarles muchos metros de cuidado y una docena de respeto, a mi hermanito un suculento trozo de comprensión y a mi hermano mayor unos zapatitos de bebe, por que tiene un hijo precioso.

Nunca me acuerdo de mis amigos, ya están empolvados y a lo mejor hasta rotos, así que voy a comprar un paño para limpiarlos, una botella de pegamento para arreglarlos y un galón de pintura para dejarlos a todos como nuevos, a lo mejor consigo unos cuantos amigos más, pero no muchos, para poder mantenerlos a todos en perfecto estado.

Y por ultimo, antes de dormir voy a revisar mi cartera, para ver si me queda para comprar lo mismo pasado mañana, solo para darme cuenta de que tiene mas de lo que tenia cuando desperté.

Flacoman

Extrañar

Extrañar es recordar algo que hiciste muchas veces antes y que ahora no puedes hacer, extrañar es recordar una situación en la que estuviste y en la que ahora ya no puedes estar, extrañar es ver en un menú el nombre de la bebida que tomaba, poner los pies en un lugar donde estuvieron los de ella o respirar el aire de un lugar donde ella respiraba.

Sentir frío y pensar que antes no lo sentías, sentir dolor y recordar cómo te lo sanaba, sentir cansancio del trabajo, de los deberes, de la vida; y saber que si ella estuviera contigo buscaría la forma de darte ánimos para seguir con todo. Extrañar es sentir que la vida se te está yendo a cada segundo y no hay nadie que logre que esos segundos valgan la pena.

Tener ganas de regresar al pasado, de abrazarla y decirle las cosas que le decías antes, tener insomnio por pensar en ella o por escribir tonterías en su nombre, tener miedo a la soledad, a los años, a la inexistencia, tener miedo, miedo a todo.

Extrañar es pensar que la vida es distinta desde que no está contigo, es mirar cada cosa en el sitio donde la pusiste la última vez, mirar el vaso donde bebía siempre y que nunca mas va a usar, el cepillo de dientes que olvido y te niegas a tirar, el sofá donde tuvieron tantas pláticas, algunas discusiones, donde muchas veces se quedaron dormidos viendo alguna película, película que ahora tienes que ver solo.

Fracasar una y otra vez en tus intentos de olvidarla, tratarla como amiga y darte cuenta de que ella sólo quiere ser eso; escucharla mencionar sus recuerdos mientras se te despedaza la garganta con el nudo que se forma, mirarla y pensar que antes tenías permiso de hacer lo que sea con ella, y ahora ni siquiera deberías de estarla mirando.

Ahogarte en las ganas de pedirle que regrese, rogarle al cielo que le muestre el camino hacia ti, preferir la muerte a pasarte la vida sin lo que tuviste antes y por idiota dejaste que se vaya.

No tengo ni una razón para extrañarla.

Y no sé por qué la extraño tanto si no tengo razones para hacerlo, no sé por qué Playa me hace extrañarla tanto si nunca he estado allí con ella, y no sé por qué comer sandía me hace recordarla si nunca he comido sandía con ella, ni sandía ni nada. No sé por qué cumplir años me hace pensar en ella, si ni siquiera sabe en qué fecha cumplo años; no sé por qué extraño su boca si nunca la he besado, no sé por qué extraño sus manos si nunca las he tocado, no tengo razones para extrañarla, pero aún así lo hago.

Flacoman

03 febrero 2005

Me gustas cuando callas

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda

Los Amorosos

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.

Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor.
Los amorosos viven al día,
no pueden hacer más, no saben.

Siempre se estan yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.

El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente,
el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre- ¡ que bueno !- han de estar solos.

Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.

En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.

Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.

Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como una lámpara
de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.

Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando,
llorando, la hermosa vida.

Jaime Sabines